jueves, 23 de octubre de 2014

La verdadera historia de "ANABELLE".


¿Recuerdas que en la película El Conjuro salía una muñeca poseída? Esta historia basada en hechos reales ha causado escalofríos en todo el mundo, sobre todo ahora que se hará una película sobre la muñeca Anabelle. Para que entiendas mejor este filme, aquí te contamos la historia real sobre Annabelle Higgins, la niña que posee a la muñeca.

Annabelle es una muñeca de trapo que pertenece a la línea Raggedy Ann, la cual recibió una estudiante de enfermería llamada Donna de Connecticut como regalo de su madre en su cumpleaños número 20. La muñeca, con sus enormes ojos, sonrisa agradable y su tamaño de un niño de dos años, fue el mejor regalo para Donna y su compañera de cuarto Angie, y ocupó un lugar de adorno en la cama de Donna.

Un día, Donna regresaba de la universidad y descubrió a la muñeca en posiciones distintas a la que la había dejado, bien sea de lado o con las piernas o brazos cruzados. Donna no se preocupó, pensando que quizá el viento o cualquier otra cosa había hecho que la muñeca se moviera, pero su novio Lou nunca confió en la muñeca y sospechaba que había algo más.

Las sospechas de Lou se confirmarían poco después cuando las dos jóvenes llegaron a su casa y encontraron a la muñeca arrodillada frente a la puerta de la entrada. Y poco después, empezaron a encontrar notas escritas en papeles de pergamino con mensajes como “Ayuda”, “Ayúdanos” o “Ayuda a Lou”. Las chicas empezaron a asustar, sobre todo porque no había papel de pergamino en ninguna parte de la casa; pero estaban convencidas que era alguien jugando una broma, y tomaron precauciones para evitar que alguien se metiera en su casa. Eso solo hizo que las cosas empeoraran.

Una noche Donna entró a su cuarto y volvió a encontrar a la muñeca en una posición distinta a la que la había dejado, pero esta vez tenía un líquido rojo en sus manos que parecía mucho ser sangre. Esa fue la gota que rebalsó el vaso, y llamaron a una médium para que les ayudara.

Según la médium, la muñeca tenía el espíritu de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, que había sido asesinada en el sitio de la casa, quizás en un terreno baldío donde ella jugaba. La niña se sentía cómoda con la presencia de las jóvenes y le dijo a la médium que les pidiera que la dejaran quedarse, lo que conmovió a Donna y Angie y empezaron a llamarla Annabelle. Lou, en cambio, le pareció una locura y decidió deshacerse de la muñeca de una vez.

Pero antes que lo hiciera, un día que estaban preparando un viaje, los tres escucharon un ruido extraño en la casa. Lou entró en el cuarto de Donna y vio a Annabelle en una esquina. Cuando se acercó a ella, sintió un fuerte dolor en su estómago y empezó a sangrar. Cuando se levantó la camisa vio siete marcas profundas en la piel, como si hubiera sido rasgado por un tigre.

Ahí fue donde el sacerdote de la comunidad se reunió con el padre Cooke, de alta jerarquía en la iglesia local, quien a su vez contactó a los Warren, quienes acudieron a investigar. Luego de varias semanas les informaron a las enfermeras que habían sido muy afortunadas, pues la muñeca no estaba embrujada, sino poseída. En la casa de Donna había un espíritu demoníaco que movía a la muñeca para atraer su atención, y su verdadera intención era poseer a Donna.

En el momento en que le dieron reconocimiento a la muñeca también le dieron poder al demonio que la utilizaba. Lou había sido atacado porque era una amenaza para la entidad paranormal, ya que él quería deshacerse de la muñeca.

Los Warren hicieron un exorcismo en la casa junto con el padre Cooke y al no estar seguros que el demonio se hubiera ido por completo de la muñeca, decidieron llevársela para custodiarla.

Sus sospechas fueron confirmadas poco después. Annabelle seguía apareciendo en distintos rincones de la casa de los Warren, y su historia empezó a ganar fama. Otro sacerdote, Jason Bradford, quien había colaborado con los Warren en exorcismos, quiso conocer a la muñeca, y la investigó de cerca, incluso zarandeándola, antes de determinar que ya no tenía ningún poder.

Al regresar a casa, los frenos del auto del padre Bradford fallaron y tuvo un colosal accidente en la autopista, donde el carro quedó completamente inservible. Milagrosamente, el sacerdote salvó su vida, pero sus ideas sobre Annabelle cambiaron por completo, al igual que los Warren, quienes decidieron encerrarla en una casilla especial encerrada con llave. Solo así dejó de moverse, pero dejó un incidente más para demostrar su poder.

Annabelle es el punto mayor de atracción del Museo del Ocultismo de los Warren, que aún está abierto al público y ofrece visitas guiadas. Un día dos jóvenes novios llegaron en una motocicleta a visitar el museo, y cuando llegaron a Annabelle y oyeron la historia, el muchacho no les creyó, empezó a burlarse de la historia y a golpear el cristal donde estaba encerrada. El propio Ed Warren lo botó del museo, y el chico siguió burlándose de Annabelle hasta el momento en que perdió el control de la moto y se estrelló contra un árbol. Él murió al instante, ella estuvo algunos meses internada.

Es imposible saber si Annabelle fue la causante del accidente, pero por si acaso, los guías incorporaron la historia al recorrido por si acaso llega otro gracioso a burlarse de la muñeca.

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