¿Recuerdas que en la película El Conjuro salía una muñeca
poseída? Esta historia basada en hechos reales ha causado escalofríos en todo
el mundo, sobre todo ahora que se hará una película sobre la muñeca Anabelle.
Para que entiendas mejor este filme, aquí te contamos la historia real sobre
Annabelle Higgins, la niña que posee a la muñeca.
Annabelle es una muñeca de trapo que pertenece a la línea
Raggedy Ann, la cual recibió una estudiante de enfermería llamada Donna de
Connecticut como regalo de su madre en su cumpleaños número 20. La muñeca, con
sus enormes ojos, sonrisa agradable y su tamaño de un niño de dos años, fue el
mejor regalo para Donna y su compañera de cuarto Angie, y ocupó un lugar de
adorno en la cama de Donna.
Un día, Donna regresaba de la universidad y descubrió a la
muñeca en posiciones distintas a la que la había dejado, bien sea de lado o con
las piernas o brazos cruzados. Donna no se preocupó, pensando que quizá el
viento o cualquier otra cosa había hecho que la muñeca se moviera, pero su
novio Lou nunca confió en la muñeca y sospechaba que había algo más.
Las sospechas de Lou se confirmarían poco después cuando las
dos jóvenes llegaron a su casa y encontraron a la muñeca arrodillada frente a
la puerta de la entrada. Y poco después, empezaron a encontrar notas escritas
en papeles de pergamino con mensajes como “Ayuda”, “Ayúdanos” o “Ayuda a Lou”.
Las chicas empezaron a asustar, sobre todo porque no había papel de pergamino
en ninguna parte de la casa; pero estaban convencidas que era alguien jugando
una broma, y tomaron precauciones para evitar que alguien se metiera en su
casa. Eso solo hizo que las cosas empeoraran.
Una noche Donna entró a su cuarto y volvió a encontrar a la
muñeca en una posición distinta a la que la había dejado, pero esta vez tenía
un líquido rojo en sus manos que parecía mucho ser sangre. Esa fue la gota que
rebalsó el vaso, y llamaron a una médium para que les ayudara.
Según la médium, la muñeca tenía el espíritu de una niña de
siete años llamada Annabelle Higgins, que había sido asesinada en el sitio de
la casa, quizás en un terreno baldío donde ella jugaba. La niña se sentía cómoda
con la presencia de las jóvenes y le dijo a la médium que les pidiera que la
dejaran quedarse, lo que conmovió a Donna y Angie y empezaron a llamarla
Annabelle. Lou, en cambio, le pareció una locura y decidió deshacerse de la
muñeca de una vez.
Pero antes que lo hiciera, un día que estaban preparando un
viaje, los tres escucharon un ruido extraño en la casa. Lou entró en el cuarto
de Donna y vio a Annabelle en una esquina. Cuando se acercó a ella, sintió un
fuerte dolor en su estómago y empezó a sangrar. Cuando se levantó la camisa vio
siete marcas profundas en la piel, como si hubiera sido rasgado por un tigre.
Ahí fue donde el sacerdote de la comunidad se reunió con el
padre Cooke, de alta jerarquía en la iglesia local, quien a su vez contactó a
los Warren, quienes acudieron a investigar. Luego de varias semanas les
informaron a las enfermeras que habían sido muy afortunadas, pues la muñeca no
estaba embrujada, sino poseída. En la casa de Donna había un espíritu demoníaco
que movía a la muñeca para atraer su atención, y su verdadera intención era
poseer a Donna.
En el momento en que le dieron reconocimiento a la muñeca
también le dieron poder al demonio que la utilizaba. Lou había sido atacado
porque era una amenaza para la entidad paranormal, ya que él quería deshacerse
de la muñeca.
Los Warren hicieron un exorcismo en la casa junto con el
padre Cooke y al no estar seguros que el demonio se hubiera ido por completo de
la muñeca, decidieron llevársela para custodiarla.
Sus sospechas fueron confirmadas poco después. Annabelle
seguía apareciendo en distintos rincones de la casa de los Warren, y su
historia empezó a ganar fama. Otro sacerdote, Jason Bradford, quien había
colaborado con los Warren en exorcismos, quiso conocer a la muñeca, y la investigó
de cerca, incluso zarandeándola, antes de determinar que ya no tenía ningún
poder.
Al regresar a casa, los frenos del auto del padre Bradford
fallaron y tuvo un colosal accidente en la autopista, donde el carro quedó
completamente inservible. Milagrosamente, el sacerdote salvó su vida, pero sus
ideas sobre Annabelle cambiaron por completo, al igual que los Warren, quienes
decidieron encerrarla en una casilla especial encerrada con llave. Solo así
dejó de moverse, pero dejó un incidente más para demostrar su poder.
Annabelle es el punto mayor de atracción del Museo del
Ocultismo de los Warren, que aún está abierto al público y ofrece visitas
guiadas. Un día dos jóvenes novios llegaron en una motocicleta a visitar el
museo, y cuando llegaron a Annabelle y oyeron la historia, el muchacho no les
creyó, empezó a burlarse de la historia y a golpear el cristal donde estaba
encerrada. El propio Ed Warren lo botó del museo, y el chico siguió burlándose
de Annabelle hasta el momento en que perdió el control de la moto y se estrelló
contra un árbol. Él murió al instante, ella estuvo algunos meses internada.
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